El departamento de Homeland Security de los Estados Unidos permitirá que regresen al país algunos inmigrantes que hayan sido deportados y que tengan vínculos en el sur de California según los informes de los acuerdos alcanzados recientemente.
Aunque los acuerdos solamente cubren el sur de California, algunas de las reformas en el proceso de deportación tienen altas probabilidades de ser adoptadas en todo el país de acuerdo a comentarios de oficiales de la U.S. Immigration and Customs Enforcement.
En este momento todavía no están claros los procedimientos específicos a través de los cuales se permitirá que regresen algunas personas en base a los acuerdos, pero defensores de la causa estiman que será una pequeña fracción de las 250,000 personas deportadas voluntariamente del sur de California entre 2009 y 2013, el cual es el período de tiempo que cubre la demanda.
“Este es un acuerdo histórico que va a terminar una práctica que destruye familias” dijo Norma Chávez Peterson, Directora Ejecutiva de la ACLU de San Diego.
En la demanda presentada a los tribunales, las personas inconformes alegaban que los agentes federales habían comenzado a utilizar la intimidación en años recientes así como amenazas e información imprecisa para persuadir a los emigrantes que estuvieran ilegalmente en el país para qué accedieran a una aportación voluntaria. En muchos casos, personas que habían sido residentes del estado de California por muchos años y que no tenían historiales criminales serios, no estaban informados de que tenían derecho a apelar su deportación en la corte de acuerdo a lo especificado en la demanda.
Entre las reformas requeridas por el acuerdo se incluye el hecho de que los agentes federales tendrán prohibido usar amenazas o presionar las personas. Además, estarán obligados a decirles a las personas que tienen derecho a una audiencia y se les dará acceso a una línea telefónica de información así como a una lista de proveedores de servicios legales gratuitos.
El acuerdo también llama en los Estados Unidos a lanzar una campaña a través de medios mexicanos con el objetivo de informar a los deportados que podrían ser elegibles para regresar si son parte del grupo de personas que podrían verse beneficiadas por este acuerdo.
En el acuerdo se menciona lo siguiente: “En un esfuerzo por encontrar una solución para los temas en disputa que han sido mencionados en este litigio, ambas agencias han acordado suplementar sus procedimientos existentes para asegurarse de que los extranjeros comprendan totalmente las potenciales consecuencias de regresar voluntariamente a México”.
El grupo de deportados que califican para la repatriación está limitado principalmente a residentes de California de largo plazo que tienen parientes que son ciudadanos estadounidenses así como migrantes jóvenes cuyos padres los trajeron al país en forma ilegal.
El número de repatriaciones podría ser de cientos o miles de personas, de acuerdo a Sean Riordan, senior staff attorney en la Oficina de la ACLU en San Diego.
Hasta ahora, solamente ocho deportados han regresado a California desde México, incluyendo el caso de la señora Isidora Lopez-Venegas de 51 años de edad, quien fuera deportada después de haber sido detenida en calles de la ciudad de San Diego mientras caminaba con su hijo nacido en los Estados Unidos. De acuerdo a lo comentado por la señora los agentes la amenazaron con llevar a su hijo autista a un hogar adoptivo si ella no accedía a ser deportada.
La administración del presidente Obama ha trabajado para demostrar su compromiso con la seguridad en la frontera en años recientes. Las personas que defienden los derechos de los migrantes reclaman el hecho de que los agentes hacen uso de prácticas abusivas para satisfacer las cifras mínimas que se les piden.
“Seguíamos escuchando historia tras historia de la gente… quienes tenían lazos familiares profundos, no tenían historiales criminales serios – y tenían mucho que perder al decidir aceptar la partida voluntaria – personas que han sido presionadas para aceptar esto en lugar de tener su día en la corte,” Dijo Riordan.
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